La experiencia cobra sentido con la gente que se conoce: roomates, coworkers y el resto de gente. La experiencia es totalmente enriquecedora, es un punto de inflexión en nuestras vidas, todos hemos coincidido en ese punto. Estableces lazos que sabes que durarán toda la vida, haces amigos para siempre. El viaje es enriquecedor y formativo por la dicotomía de experiencias que acumulas. Si solo te pasaran cosas buenas no tendría el mismo valor. Te ves que te tienes que apañar tu solo en el otro lado del mundo… Es eso lo que te obliga a crecer, a sacar de ti lo que no creías tener. Y cuando te caes tres veces y crees que nadie te tenderá una mano, surge un amigo inesperado que no te abandonará y estará contigo hasta el fin.